La logística de salida, también conocida como logística de distribución, es el proceso de empaquetar y distribuir pedidos de clientes utilizando transporte particular o multimodal. Implica el procesamiento y consolidación de pedidos, así como el empaquetado, despacho y transporte de productos a sus respectivos destinos y se preocupa por las ventas de bienes (fuera de la empresa), por ejemplo, el flujo de bienes desde la línea de producción hasta el cliente final. El objetivo principal de la logística de salida es asegurar que los productos lleguen a su destino final en las cantidades correctas y en el momento adecuado, mientras que la logística de entrada tiene como objetivo garantizar que la organización disponga de todos los materiales necesarios para llevar a cabo el negocio de manera eficiente. Dentro de la lista de actividades de logística de salida, podemos mencionar algunas como la gestión de almacenes y almacenamiento, la gestión de inventarios, el transporte, la entrega en el último tramo y la optimización de la entrega. Las empresas deben optimizar la preparación de pedidos y agilizar los procedimientos de gestión de carga y envío con los transportistas para mejorar la eficiencia de sus operaciones de logística de salida. No sirve de nada que las operaciones aguas arriba (por ejemplo, la logística de entrada y el almacenamiento) funcionen sin problemas si el último paso en la cadena de suministro es ineficiente.